Me quité mucha importancia a mí misma.
Sesgué las palabras eufónicas. De mi palidez,
las pecas.
Los bucles. Todo. Para ser solo una más como
tantas
(modernas de pelo negro lacio con flequillo).
A cambio de esta carrera contra natura, canas
en el campo de batalla donde Lolita perdió su
guerra contra el tiempo.
Es una verdadera pena no ser ya adolescente
ni pelirroja ni hermosa,
(ni hija del peor de su generación)
y que a pesar de haberme quitado tanto, no
haya sido capaz de curarme
de mi propia estupidez.
de Ánima Esquiva, Editorial Origami, 2013
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